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miércoles, 21 de octubre de 2009

La comercialización de la basura en etanol

La startup Coskata ha abierto una planta de etanol “semi comercial” para demostrar su tecnología. Una startup cuyo proyecto es el desarrollo de un proceso para convertir una amplia gama de materiales en etanol, incluyendo virutas de madera y basura, ha dado un paso adelante hacia la comercialización de su tecnología. Coskata, con sede en Warrenville, Illinois, ha desvelado hoy lo que considera una planta “semi comercial” que se utilizará para demostrar que su tecnología puede funcionar a escala comercial. La planta tiene la capacidad de producir decenas de miles de galones de etanol al año, lo que supone una escala significativamente más pequeña que los 20 millones o más que se necesitan para una planta comercial, afirma Wesley Bolson, director general de marketing de Coskata y vicepresidente de asuntos de gobierno. No obstante utilizará el mismo equipamiento que se utilizaría en una planta comercial, señala. Por ejemplo, utilizará bioreactores—en los cuales unos microorganismos producen etanol en bajas concentraciones—del mismo tamaño que los que se utilizarían en una planta comercial, sólo que en menor cantidad. La compañía, que se ha asociado con General Motors, espera que la demostración de su equipamiento pueda ayudar a financiar la planta comercial de 55 millones de galones que ya ha sido diseñada, afirma Bolson. Coskata es una de varias compañías dedicadas al desarrollo de procesos para fabricar etanol celulósico, que se fabrica a partir de virutas de madera y otros materiales celulosos y se puede producir utilizando menos combustibles fósiles que el etanol fabricado a partir del maíz.
El Estándar Federal de los EE.UU. para Combustibles Renovables requiere el uso de etanol celulósico, comenzando con 100 millones de galones el año que viene e incrementandolo a 16 mil millones de galones en 2022. Sin embargo hasta ahora no se ha construido ninguna planta comercial, en parte debido a que la financiación no ha sido fácil de conseguir, según la Organización de la Industria de la Biotecnología (BIO, en sus siglas en inglés). BIO estima que el próximo año se producirán en las plantas de demostración alrededor de 7 millones de galones de etanol celulósico. Las primeras plantas a escala comercial, incluyendo la de Costaka, se espera que abran en 2012, cuando los estándares de combustibles requieran la producción de 500 millones de galones de etanol celulósico. Bolson afirma que el proceso de Costaka será el más económico de toda la industria, en parte porque su producción de etanol por tonelada de biomasa es alta. Su proceso comienza con la gasificación de las materias primas utilizando la tecnología existente. El producto de la gasificación—una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono llamada syngas—se utiliza en los bioreactores, donde unas cepas propias de la bacteria Clostridium la convierten en etanol. Existen otros métodos que normalmente utilizan catalizadores para convertir el syngas en etanol, o que usan enzimas para descomponer la biomasa en azúcares que después son fermentados por levaduras para fabricar el etanol. El uso del proceso de gasificación permite a Coskata utilizar una variedad más amplia de materias primas; los métodos basados en enzimas están diseñados para funcionar sólo con unos tipos particulares de biomasa. El proceso incluso podría utilizar neumáticos y otros tipos de basuras. Y puesto que no utiliza catalizadores, que requieren altas temperaturas y presiones, se puede utilizar un tipo de equipamiento más económico. La planta semi comercial de Coskata demostrará tres tipos distintos de bioreactor: un bioreactor de diseño y fabricación propio que utiliza membranas en forma de paja para distribuir los gases, y dos bioreactores convencionales. También hará una demostración de dos gasificadotes y dos métodos para concentrar el etanol: un proceso de destilado convencional y un proceso basado en membranas y de menor uso energético. Las compañías podrán obtener licencias de distintas combinaciones de tecnologías para construir las plantas comerciales, afirma Bolson. El plan para otorgar licencias de la tecnología es distinto al plan original de Coskata, que consistía en construir sus propias plantas comerciales. El plan de la compañía para pasar directamente de una planta que produce decenas de miles de galones de etanol a la producción comercial es poco convencional. Normalmente las compañías en primer lugar construyen plantas de demostración capaces de producir de un millón a dos millones de galones de etanol. Uno de los retos principales asociados a la tecnología de Coskata es la distribución del syngas—que no se disuelve fácilmente—entre las bacterias, afirma Andy Aden, científico investigador en el Laboratorio Nacional de Energía Renovable de Golden, Colorado. Una cuestión principal es si los bioreactores especializados en la distribución del syngas son lo suficientemente económicos para que el proceso resulte práctico, afirma, o si otro tipo de reactores menos caros y convencionales serían capaces de distribuir el syngas de forma efectiva. Por. Kevin Bullis

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