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miércoles, 6 de enero de 2010

El año en cuanto a biomedicina

Avances en fármacos anti-edad, cirugía cerebral acústica, vacunas contra la gripe—y el secreto del cociente intelectual.


Avances en fármacos anti-edad, cirugía cerebral acústica, vacunas contra la gripe—y el secreto del cociente intelectual.
Puede que al echar la vista atrás sobre el año 2009 lo recordemos como el año en que la secuenciación del genoma humano por fin se volvió lo suficientemente rutinaria como para generar información médica útil ("Un momento decisivo para los genomas personales"). El número de genomas secuenciados y publicados subió desde dos o tres hasta aproximadamente nueve, con otros 40 genomas aproximadamente sin publicar aún. En algunos pocos casos, los científicos han logrado hallar la causa genética de una enfermedad mediante la secuenciación de genoma de la persona afectada.

Los científicos también han secuenciado los genomas de varios cánceres, comparándolo con la secuencia del genoma normal del paciente para encontrar los errores genéticos que podrían haber provocado que las células se volviesen cancerígenas y se diese la metástasis ("Secuenciación de tumores para determinar tratamientos directos"). Los resultados sugieren que incluso los tumores de grado medio y bajo pueden ser genéticamente heterogéneos, lo que podría resultar problemático para los fármacos destinados a atacar cierto tipo de moléculas. Esto nos conduce a la necesidad de desarrollar nuevas estrategias para el suministro de fármacos y tratamientos contra el cáncer.

Este año nos trajo más buenas noticias para los ratones en fase de envejecimiento y, quizá, también para los humanos, puesto que los científicos identificaron el primer fármaco capaz de extender la esperanza de vida en los mamíferos ("Se halla el primer fármaco que logra extender la esperanza de vida en los mamíferos"). Se descubrió que el Rapamycin, un fármaco fungicida utilizado para prevenir el rechazo de los órganos transplantados, lograba aumentar la longevidad de un 9 a un 13 por ciento incluso al ser administrado a ratones con edades equivalentes (en la vida de un ratón) a los 60 años. Con anterioridad, la ingeniería genética y la restricción calórica—una dieta nutricionalmente completa pero muy baja en calorías—eran los únicos métodos probados para extender la esperanza de vida en los mamíferos.

Debido a su potente efecto inmunosupresor, el fármaco no es apropiado para esta aplicación en humanos. Sin embargo los investigadores han descubierto que la interrupción de parte de la misma vía de señalización provoca los mismos beneficios en cuanto a la extensión de la vida ("Una fuente genética de juventud"). Los ratones con la proteína relevante desactivada mostraron unas capacidades motoras superiores, huesos más fuertes y una mejor sensibilidad a la insulina que sus compañeros sin alterar. Sin embargo los ratones macho, aunque mantuvieron su estado de buena salud, no lograron extender su esperanza de vida (En comparación, la restricción calórica aumenta la longevidad en alrededor de un 50 por ciento.) En la actualidad los científicos tienen como objetivo desarrollar un fármaco que se enfoque en esta vía, que se cree que actúa como una especie de medidor de la cantidad de comida disponible en el entorno.

La aparición durante el mes de abril de una nueva cepa de virus pandémica, la H1N1, renovó rápidamente el interés en la creación de nuevos métodos para la fabricación de vacunas ("Nuevas vacunas contra la gripe porcina"). Por primera vez durante una pandemia activa, las compañías farmacéuticas fueron capaces de utilizar métodos de producción más rápidos basados en células para crear vacunas contra el virus, además del método tradicional basado en huevos (Ninguno de estos métodos ha sido aprobado aún para su uso en los Estados Unidos—la vacuna disponible en la actualidad fue fabricada con huevos.) En noviembre, un panel asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. declaró que un nuevo método para la producción de vacunas contra la gripe en células de insectos, aunque efectivo, necesita someterse a más tests de seguridad antes de que pueda aprobarse ("Se retrasa la creación de vacunas contra la gripe basada en orugas"). La vacuna, desarrollada por Protein Sciences, con sede en Meriden, Connecticut, utiliza una única proteína del virus para iducir la inmunidad, en vez de una versión muerta o debilitada del virus. Hay otras dos compañías que han comenzado pruebas clínicas de vacunas contra la gripe hechas a partir de partículas parecidas a los virus—carcasas de proteínas que se parecen a los virus pero no contienen ADN viral ("Distribución más rápida de impostores de virus").

Un nuevo método para llevar a cabo cirugías cerebrales, puesto a prueba por un equipo suizo con anterioridad este año, permite a los cirujanos quemar pequeños trozos de tejido cerebral con el uso de ondas de sonido especializadas y sin tener que llevar a cabo grandes cirugías ("Cirugía cerebral con ondas de sonido"). Los neurocirujanos utilizaron una tecnología desarrollada en Insightec, una compañía de tecnología de ultrasonido con sede general en Israel. El método emplea un tipo de ultrasonido enfocado de alta densidad (HIFU, en sus siglas en inglés) para actuar en el cerebro. (El HIFU es distinto del ultrasonido utilizado para propósitos de diagnóstico, tales como los análisis prenatales, y con anterioridad se había utilizado para eliminar fibroides uterinos.) Unos haces procedentes de una matriz de más de 1.000 transductores de ultrasonido se enfocan a través del cráneo en una pequeña porción de tejido muerto, calentándola y destruyéndola. En el estudio, nueve pacientes con dolor debilitante crónico informaron acerca de un alivio inmediato del dolor después del procedimiento.

Los científicos también esperan usar las tecnologías desarrolladas para el HIFU en la modulación de la actividad cerebral, utilizando un tipo de ultrasonido enfocado de baja intensidad para activar las células nerviosas ("Tratamientos cerebrales con ondas de sonido"). Este método podría algún día proporcionar una alternativa menos intrusita a la estimulación profunda del cerebro. Este procedimiento, mediante el cual se implantan unos electrodos que estimulan ciertas partes del cerebro, es un tipo de tratamiento cada vez más común para la enfermedad del Parkinson y otros problemas neurológicos.

Otra novedad en cuanto al cerebro vino dada por el descubrimiento por parte de los científicos de que nuestro IQ, o inteligencia general, depende en gran parte de nuestra materia blanca—la capa grasienta de aislamiento que cubre el cableado neuronal del cerebro ("Imágenes cerebrales revelan el secreto de un elevado coeficiente intelectual"). Utilizando un método para la obtención de imágenes cerebrales conocido como imágenes por tensor de difusión, los investigadores analizaron el cableado neuronal de 92 pares de mellizos y gemelos y descubrieron una fuerte correlación entre la integridad de la materia blanca y el rendimiento durante un test de IQ estándar. Además, los investigadores descubrieron que la calidad de la materia blanca viene determinada en gran medida por la genética. En la actualidad están a la búsqueda de variantes genéticas asociadas a la materia blanca y el cociente intelectual.

Un artículo en el número de noviembre de la revista se dedicó a explicar con más detalle el secreto de la inteligencia, revelando que podría estar determinada por la función y eficiencia de las redes dentro del cerebro, en vez del número de neuronas o el tamaño de cualquier región en particular.

Fuente. http://www.technologyreview.com

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